El quitosano se caracteriza por proteger a los cultivos frente a ataques de patógenos y plagas, de forma directa o indirecta, como a mejorar la calidad del cultivo, o mantener la estabilidad de la producción durante el almacenamiento después de la recolección.
El quitosano es un elicitor que activa la capacidad de autodefensa de la planta. Los patógenos penetran en las plantas a través de tres mecanismos: Por sus propios medios, por heridas y por aperturas naturales (incluidos estomas).
Las aperturas estomáticas en las plantas proporcionan una vía de entrada para muchos patógenos, la reducción de estas aperturas puede proporcionar un método efectivo para evitar el ataque de patógenos que tienen quitina como componente de su pared celular.
Los productos de la línea QUITOSANO de BOCROP activan mecanismos en la planta que ordenan el cierre de estomas. La aplicación de quitosano provoca un falso estrés en la planta, ya que ésta confunde la presencia del producto con la proximidad de un patógeno dispuesto a atacarla. Este reconocimiento pone en marcha un complejo mecanismo de autodefensa, en parte basado en el papel que juega el calcio como segundo mensajero.
Los productos de la línea QUITOSANO de BOCROP, permiten la entrada de Calcio en la célula, como elemento importante en la activación de defensas en los cultivos. El calcio que penetra en las células, favorece el reforzamiento de las membranas celulares, lo cual permite el mantenimiento de la turgencia y la firmeza de los frutos en post-cosecha.
Además, los productos de la línea QUITOSANO de BOCROP, también activan la formación de barreras físicas, activan la formación de raíces secundarias y pelos radiculares en planta adulta, activan la adsorción de micronutrientes, etc…
También destacar que los productos de la línea QUITOSANO de BOCROP se utilizan para el revestimiento de semillas, para su conservación durante el almacenamiento y en la liberación de sistemas de fertilizantes.